Los seis integrantes de la banda "Merino Musical", un grupo de invidentes formado en 2001, se esmeran en todas sus actuaciones en una de las calles más transitadas de Ciudad de México para, al menos dos veces por semana, atraer la atención de miles de transeúntes e intentar ganarse la vida.
Sueñan con poder grabar un disco y, mientras llega su ansiada oportunidad, se conforman con ser contratados para fiestas y bodas "como los músicos profesionales que somos, y no por ser ciegos", dijo Raúl Merino Miranda, líder de la banda.
Su intención es animar a quienes transitan por las calles Motolinia y Tacuba del Centro Histórico a cambio de unas monedas, si bien también persiguen promocionarse y ser contratados para tocar en eventos sociales y fiestas privadas.
Sin embargo, su mayor anhelo es que "algún día" llegue una empresa discográfica que les ofrezca grabar un disco propio.
"Venimos para darnos a conocer y que la gente sepa que podemos amenizar pequeñas o grandes fiestas como bodas como músicos profesionales", explicó Merino.
El líder de la banda, quien domina varios instrumentos y actualmente ejerce de teclista, no deja de soñar con tener un disco propio en sus manos "porque la música es mi vida, una manera de expresarme y lo más importante para mí".
Por lo menos dos veces a la semana el grupo deleita a curiosos y transeúntes con un amplio repertorio y en ocasiones su público llega a esperarlos una hora antes de que actúen.
"Somos un grupo totalmente independiente y muy versátil. Tocamos rock, salsa, baladas, cumbias y otros géneros. Aunque son éxitos de otros artistas famosos, también tenemos temas propios", precisó.
Isaid Méndez es el responsable de las percusiones y experto en tocar las tumbas. Explica como cada uno llega por su propio pie "y cargando cada uno de sus instrumentos, bocinas y micrófonos".
Para convertir el lugar en un pequeño escenario, los artistas necesitan unos cuarenta minutos cada día, en los que se incluyen las pruebas de sonido.
Aunque ya hay un público fijo que acude para escuchar música en vivo en la céntrica calle, su ayuda económica no es suficiente, por lo que los músicos también actúan a cambio de unos pesos en comercios o vagones de metro.
"No es suficiente el dinero que alcanzamos a recolectar" por eso, dedican canciones por unos 10 pesos (0,8 dólares), refirió Isaid Méndez, quien asegura que se juega la vida cantando en el transporte público para recolectar entre 10 y 15 dólares diarios.
Los propios músicos reparten tarjetas de presentación con sus teléfonos de contacto para quien necesite contratar sus servicios. (EFE)