El activo e incansable sacerdote jaujino, José Chuquillanqui Yamamoto, responsable de la Parroquia el Espíritu Santo de Manchay, distrito de Pachacamac - Lima, con 14 años de servicio llevando el mensaje de Dios y emprendiendo gestiones para materializar obras de gran amplitud en favor de la población, refirió a Correo que fue toda una experiencia la filmación de la película "La teta asustada", que figura dentro de las cinco producciones para obtener el premio del Oscar al mejor filme extranjero.
Señaló que se siente contento, porque los personajes extras (pobladores) que participaron en el filme pusieron su originalidad al servicio de Claudia Llosa (directora de la película), así la naturalidad de Magali Solier (primera actriz de la película). Ellos encontraron una empatía y demostraron su arte con desprendimiento y generosidad, sin esperar ninguna recompensa.
"Yo recuerdo que por esos días se construía el parque de Manchay y me pidieron que por favor les diera la posibilidad para filmar algunas escenas allí y con mucho gusto acepté. Algunos tenían un poco de duda y me preguntaban: padre José qué me dice usted, qué me orienta si participo de esta grabación o no participo; a lo que les respondí: mientras no te lleven al mal, participa", relata el religioso.
Agrega que es muy bonito que hoy, con toda esa sencillez, la película esté a un punto de ganer el Oscar y aunque no nos dieran el premio ya tiene un lugar en la historia nacional.
Estamos rezando para que nos otorguen el premio; si nos dan bienvenido, cuando tú has visto a un pueblo construir, cuando tú has visto a un pueblo como se hace, te llenas de satisfacción, al saber como esa generosidad, esa confianza, esa sencillez, esa fe de esta gente, Dios la está bendiciendo, añade.
HUANCAYO CÉSAR ESPINOZA
Señaló que se siente contento, porque los personajes extras (pobladores) que participaron en el filme pusieron su originalidad al servicio de Claudia Llosa (directora de la película), así la naturalidad de Magali Solier (primera actriz de la película). Ellos encontraron una empatía y demostraron su arte con desprendimiento y generosidad, sin esperar ninguna recompensa.
"Yo recuerdo que por esos días se construía el parque de Manchay y me pidieron que por favor les diera la posibilidad para filmar algunas escenas allí y con mucho gusto acepté. Algunos tenían un poco de duda y me preguntaban: padre José qué me dice usted, qué me orienta si participo de esta grabación o no participo; a lo que les respondí: mientras no te lleven al mal, participa", relata el religioso.
Agrega que es muy bonito que hoy, con toda esa sencillez, la película esté a un punto de ganer el Oscar y aunque no nos dieran el premio ya tiene un lugar en la historia nacional.
Estamos rezando para que nos otorguen el premio; si nos dan bienvenido, cuando tú has visto a un pueblo construir, cuando tú has visto a un pueblo como se hace, te llenas de satisfacción, al saber como esa generosidad, esa confianza, esa sencillez, esa fe de esta gente, Dios la está bendiciendo, añade.
HUANCAYO CÉSAR ESPINOZA