Carlos Guerrero. Integrante y fundador de la banda nacional We All Together.
Vuelves a la escena con un proyecto junto a la big band Doo Bah Jazz.
Quiero reinventarme. Lo que pasa es que cerramos We All Together que tuvo sus cuarenta años bien cumplidos.
¿No son de esas despedidas que se repiten cada año?
No, y te lo digo bien claro porque tuve un par de actuaciones en la playa el fin de semana pasado y la gente pedía en vano We All Together, pero el grupo está, en definitiva, en el pasado.
Pero siempre lo van a recordar...
Ya veremos cómo lo manejamos poquito a poco... y ahora esto que estamos haciendo con la Doo Bah Jazz es un proyecto que siempre quería hacer. Estaré con esta banda de veinte chicas impresionantes, tocando temas como 'Bésame mucho', 'My way' o 'Mack the knife'. Yo traigo la experiencia y ellas la fuerza de la gente joven.
¿Y qué pasó con el rock melódico? A lo mejor quieres volver pero con un proyecto ajeno a We All Together.
Definitivamente. Estoy preparando un grupo que se llama Been Touch, que viene de la palabra ‘vintage’. Hacemos puras baladas clásicas.
Si la gente te relaciona directamente como la imagen de We All Together, ¿por qué decidiste abandonarlo?
Ya no tenía mucho sentido. Primero, hacer solo We All Together me enmarcaba en un solo estilo. Aparte de eso, de los cinco originales, solamente quedaba yo y dije ‘este es el momento perfecto'. Ahora con la banda de swing, mi voz ya tiene otra sonoridad, todo es un poco más grave. Creo que se han dado las condiciones perfectas, mi imagen es mucho más madura y la imagen detrás de mí, las chicas, es más juvenil y hace un buen balance.
Hablando de imagen, te veo en forma, a diferencia de otros colegas.
No creas que eso es gratis, ¿ah?
A ver, cuéntame el secreto.
Una de las cosas es que yo no soy de comer mucho. Fuera de eso, nado, tres veces por semana, dos mil quinientos metros, camino seis kilómetros diarios y además mi contextura es delgada. Pero podría decirse también que soy un poco vanidoso, cuidaré de mi aspecto hasta que me muera.
¿Para atraer a las chicas también?
¡No!, ¿qué chicas, hermano? (risas) Yo no atraigo a nadie. Además yo tengo una relación con una persona. A mí me gusta verme bien. Es horrible cuando en una reunión me encuentro con un amigo de infancia con una barrigota y le digo ‘¿por qué no te mueres, hermano, con tanta grasa?' (risas).
Pero llama la atención que la mayoría de varones maduros ya estarían tiñéndose las canas, a diferencia de ti…
¡Yo no, naranjas! Yo soy feliz con mis canas. Me las han querido pintar varias veces. Me hicieron una propuesta para hacerme toda una bajada de motor, me quisieron planchar y les dije que no me interesaba. No tengo nada contra los 62 años que llevo encima.
¿Y ni siquiera una retocadita para las patas de gallo?
Si te retocan, tu semblante cambia, ya no eres. Tengo buen lejos todavía, por eso no necesito la planchadita.
Tu pareja es una veinteañera. ¿Siempre tuviste fijación por las jovencitas?
¡Asu, diablo! No, para nada. En mi vida he tenido dos personas. La primera, la mamá de mis hijos y esta chica con la que tengo buen tiempo. Yo tengo una imagen de mujeriego pero de eso no tengo nada. No bebo, no fumo ni me drogo. Mi vida es bastante ordenada. El martes, me he metido a mi cama a las nueve de la noche.
¿Y si tu veinteañera quiere salir?
Yo estoy listo para salir. Pilas no me faltan por mis ejercicios y mi mismo carácter que no me tienen agotado como otras personas de mi edad.
¿Y esa vitalidad te hace prescindir de ciertos medicamentos?
¡Todavía se me para! (suelta una carcajada) Gracias a Dios no necesito ningún medicamento.
Tengo entendido que te sumiste en la depresión tras tu divorcio.
Esa es una época muy dura para mí. Es como cuando se te muere tu mamá. Es una pérdida grande.
¿Creaste música en esos momentos tan tristes?
¡Uf!, cualquier cantidad.
¿Qué tal el resultado?
¡Horrible! Por eso nunca lo saqué al mercado porque pensé ‘¿qué gano poniendo esto si es mi vida privada?’. Y mi vida privada la mantengo a nivel familiar.
¿Es cierto que no te gusta la música criolla?
Así es. Me metí en un problemón horrible por decirlo hace muchos años en el programa 'Fuego Cruzado'. Me preguntaron al aire ‘¿te gusta la música criolla?’ y yo muy suelto respondí ‘no’.
O sea tú comprendes muy bien a Iván Thays…
Claro, además él ha dado su opinión. En este país hay un problema cuando das una opinión con la cual la mayoría no está de acuerdo. Él tiene todo el derecho a decir que no le gusta la comida peruana.
Demasiada intolerancia, ¿no?
En este país sucede mucho, en otros lados la gente es más tolerante.
La ficha
Mi nombre es Carlos Manuel Guerrero Bueno, de profesión músico y tengo 62 años de edad. Mi estado civil es soltero y tengo dos hijos y, aparte, dos nietos. Actualmente, alejado de We All Together, me presentaré con la big band Doo Bah Jazz este sábado 17 en el Teatro Peruano-Japonés y espero que me apoyen en este nuevo proyecto.