García, de 27 años, explicó hoy que el espaldarazo que dio Guerra al álbum fue "el apoyo y orientación", al "decidir abordar ritmos tropicales como la bachata y la salsa".
"(Guerra) está contento con el trabajo que he hecho y eso me enorgullece mucho", enfatizó García, quien se considera un músico autodidacta en la guitarra, el piano, la percusión y el ukulele, guitarra pequeña tradicional de Hawai.
"Es un disco que toma un punto de vista melancólico y nostálgico", señaló.
Las influencias y fusiones en los temas de García van desde los ritmos tropicales como el jazz, bosa nova, reggae, boogaloo y chachachá hasta la música country, del área centro-sur de Estados Unidos.
"El disco entero tiene un color de soul, blues y jazz que lo hace homogéneo", indicó.
García, quien señaló que el disco se grabó por espacio de un año en unos estudios en Brooklyn (Nueva York) y Santo Domingo, dice que no puede esperar a que la gente lo compre y escuche ese sonido diferente.
Recalcó que su imagen de verse como un joven con el estilo de cabellera jamaiquino de "dreadlocks" no tiene nada que ver con la música que realiza. (EFE)
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