La compañía de entretenimiento "Playboy", fundada por Hugh Hefner en 1953, se convirtió en un imperio empresarial del que, además de la famosa revista erótica, surgirían los antecedentes de lo que son hoy redes sociales y los "reality shows", declaró hoy a Efe la filósofa española Beatriz Preciado.
Para la autora del ensayo "Pornotropía" (Anagrama, 2010), que presenta estos días en México, Hefner (Chicago, 1926) es un transgresor que se valió de tecnologías de tiempos de la "guerra fría" (1945-1989) para crear nuevas formas "de consumo y entretenimiento" que desde EEUU saltarían al resto del mundo y hoy son generalmente aceptadas.
En su obra, finalista del XXXVIII Premio Anagrama de Ensayo en abril pasado, Preciado (Burgos, 1970) explora el impacto de "Playboy" en la cultura popular estadounidense del siglo pasado.
En el libro cuenta cómo Hefner, editor y fundador de "Playboy", fue además un transgresor que, por ejemplo, inventó la "cama redonda", un espacio que, equipado con teléfono y con acceso a un circuito cerrado de televisión, le permitió administrar su imperio desde su casa.
La más influyente
El excéntrico Hefner consiguió convertirse así, añade, en el primer teletrabajador, un hombre que se hizo famoso "en bata, pijama y zapatillas" al frente de "la más influyente revista para adultos del mundo" desde sus mansiones, una en Chicago y otra en Los Ángeles.
Al editor le considera fundamental, además, en el uso que hizo de la imagen íntima televisada.
"En plena 'guerra fría' decide meter una cámara de televisión en el primer piso de la mansión" que tenía Playboy en Chicago, "e inventa el primer 'reality show' de la historia de la televisión americana", explica Preciado.
Su "palacio de amor" de 32 habitaciones, "casi una prisión videovigilada", era un enorme plató donde se filmaron programas de entretenimiento que se convertirían en "el antecedente más directo de nuestros 'shows' audiovisuales de encierro, como el 'Big Brother', el Gran Hermano, y otros", señala.
Aquel proyecto "voyeurista" en la Mansión Playboy sirvió para empezar a desnudar "la intimidad ante los ojos de América" y a promover una liberación de la sexualidad masculina donde el hombre podía construir un espacio propio, "no regido por las leyes morales y sexuales del matrimonio heterosexual", afirma.
La revista creada en 1953 y que a fines de los setenta era la más vendida de EEUU, con 6 millones de ejemplares, representó "un ataque frontal a las relaciones tradicionales entre género, sexo y arquitectura" incluso, apostando por la modernidad que proponían figuras como el alemán Ludwig Mies van der Rohe (1886-1979) y Le Corbusier (1887-1965), subraya Preciado.
Playboy en las redes sociales
"Para mí, 'Playboy' marca una ruptura con lo que eran los modelos tradicionales de producción del sexo y de la sexualidad en el siglo XIX", afirma la filósofa, una ruptura con el conservadurismo y, posiblemente, el primer paso hacia lo que sería la gran revolución sexual de fines de los años sesenta.
Añade que en el mundo actual "vivimos ya constantemente conectados" a una serie de nuevas "prótesis" tecnológicas que están cambiando el modo de relación y diversión, algo que ya a fines de los cincuenta del pasado siglo hacía Hefner.
"Evidentemente ligamos por Facebook, nos enamoramos por no sé qué y colgamos el primer encuentro por Youtube (...). Creo que el antecedente más directo de todo esto es 'Playboy', por curioso que pueda parecer", agrega.
"Quizás las redes sociales sean, por una parte, herederas directas de esta cultura telemática de Playboy" y, por otra, capaces de generar "todo un conjunto de nuevas normas de relación y de consumo y producción económica" en las sociedades actuales, señala.
La filósofa, que ha sido alumna en EEUU de Jacques Derrida y Agnes Heller, es profesora de historia política del cuerpo en el Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y en la Universidad París VIII.
EFE
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