Tatiana Astengo. Protagonista de premiada Contracorriente. Actriz dice que su mayor éxito es haber sobrevivido a su estadía en España. Además se muestra a favor del matrimonio gay.
Cecilia Castillo S.
Tatiana Astengo regresa este jueves al ecran con la laureada Contracorriente, de Javier Fuentes-León. En las siguientes líneas nos revela detalles de sus años en España (país que dentro de unos días le dará la nacionalidad), de lo duro de su estadía y, claro, de la historia que protagoniza con Manolo Cardona y Cristian Mercado.
–¿Cúal ha sido el momento más difícil que viviste en España?
–Muchos. En mi vida nada fue fácil, ni en mi propio país. La experiencia en el Perú fue una gran escuela o casi master para lo que viviría en España. Lo más complicado de estar lejos es, con seguridad, el tema afectivo. Cuando hay muchas personas que hablan del éxito de tal o cual persona, e incluso del mío, solo se refieren a los logros profesionales o materiales, y la verdad ahora te puedo decir que mi éxito es haber sobrevivido a todo este viaje desde que me fui y mantener mi niña y mi integridad intacta, mi ilusión y mi pasión por la vida, el amor y mi sonrisa transparente y mi mirada directa a otros ojos. Eso para mí es el éxito. ¡No más!
–Has sabido llegar al público con distintos e inolvidables personajes. ¿Le tienes cariño a alguno en especial?
–¡A todos los amo! Son mi partecita. Pero puedo mencionar a tres que servirían para conocerme. Angélica de Ojos que no ven, por el barrio que tiene y la alegría de seguir adelante y tomar decisiones importantes a pesar de tener complicaciones. Olivia de El destino no tiene favoritos, por ese lado inocente y divertido lleno de chispa, y Mariela de Contracorriente, por la entrega, el compromiso, la vulnerabilidad y el amor por sobre todo.
–¿Mantenerte en un mercado tan competitivo como España te ha llevado a ceder en algo a lo que en el Perú siempre te resististe?
–Por suerte no. Hay cosas en las que no cedo; por ejemplo, últimamente en España, con todo esto de la crisis, ha surgido una especie de racha de personajes en series y pelis que me parece no le viene bien a la imagen del sudamericano inmigrante: ladrón o tonto, o la chica de la limpieza o que cuida ancianos y que se aprovecha de las diferentes situaciones para conseguir dinero, porque somos tan pobres y víctimas que no nos importa nada y no tenemos dignidad ni moral y ellos (los españoles) nos salvan con su lástima. En eso no pienso ceder.
–Al actuar, ¿cuánto es intuición y cuánto práctica?
–¡La técnica es importantísima! y lleva un gran porcentaje en toda construcción, pero la técnica hay que pulirla todo el tiempo y darle vuelta, saber cuándo y en qué situación debes usarla. Sin embargo, no debemos dejar que interfiera con la intuición. Para mí es lo básico en todo trabajo, para que haya vida, para que respire, para que tenga verdad.
–¿De qué manera podría cambiar tu carrera en España cuando obtengas la nacionalidad?
–Me sentiré más libre para entrar y salir las veces que quiera. A nivel profesional tengo la posibilidad de estar en coproducciones y ya no tienen que contratar a actrices españolas que no terminan de lograr el acento peruano. Y además, quieras o no, un pasaporte de la comunidad te abre muchas puertas.
–Contracorriente enfoca, entre otros temas, la homosexualidad. ¿Crees que aún es tabú?
-Sí, aún hay tema con eso, pero no solo aquí, sino en muchos otros países, incluso en España, que van de modernos pero no es tan así. Lo que pasa es que ya no dicen ‘Mira, ahí van dos maricones’, solo lo piensan. Ojalá venga un gran cambio y espero que también aquí y entendamos que, independientemente del sexo, somos seres humanos que venimos a este mundo a amar y a ser amados.
–Argentina ya aprobó el matrimonio gay. ¿Perú debería seguirle los pasos?
-Sí, totalmente de acuerdo, si eso los hace felices, de acuerdo. Nadie está hablando de frivolidades, estamos hablando de ser dichosos.
Diario La República