Maribel Velarde emitió un mensaje de gratitud a sus seguidores por las muestras de apoyo y solidaridad que viene recibiendo desde la misteriosa muerte de quien fue su pareja,
Jaime Rojas Canevaro, ocurrido el pasado miércoles en su departamento.
“Gracias por todas las muestras de cariño de mis amigos y no amigos, gracias por preocuparse por mi estado de salud y el de mis hijos. Gracias por todos los mensajes enviados de distintas provincias, en especial de Trujillo, Chimbote, Barranca, Arequipa, Piura, Tacna, Huánuco, Iquitos, Tumbes, Cajamarca, etc”, escribió Velarde en Internet.
En un mensaje escrito el fin de semana dijo: “Solo quiero que tomen en cuenta el dolor que le hacen a mis hijos. Y la profunda tristeza en la que nos encontramos ambas familias… Comprendo la labor del periodista y sé lo duro y sacrificado que es su trabajo porque también lo ejerzo…Por Dios, solo pido que sean objetivos. ¡Ya basta! No quiero periodista terrorista, quiero verdad”.
EL CASO
En declaraciones a la Policía, Velarde afirmó que, segundos antes de matarse, Rojas Canevaro le dijo que le probaría que la quería.
“Comenzó a gritarme e insultarme diciendo que yo era una cualquiera. (…) De pronto me dijo, ‘te voy a demostrar que te amo’. Entonces tomó su pistola y se disparó en la cabeza. Después lo vi en el suelo y no sabía qué hacer”, relató Velarde a la policía.
Asimismo, la bailarina contó que, un día antes de morir, Rojas Canevaro la agredió brutalmente.
“Me comenzó a agredir, tomándome de los cabellos, me tiró contra el suelo, me dolía el rostro, mis brazos, yo gritaba de dolor y pedía auxilio, pero me tapaba la boca, nadie me escuchaba. Luego me levantó del suelo y como estaba por desmayarme me llevó a la habitación, me sentó en la cama y me apuntó colocándome en la boca la pistola, luego me dijo que no me iba a matar, que lo iba hacer él”, declaró a la policía.
Cabe señalar que la prueba de absorción atómica que se le practicó a Velarde resultó negativa, mientras que los exámenes que se le hicieron a la víctima sí resultaron positivos, por lo que la hipótesis del suicidio viene cobrando más fuerza.
Por otro lado, la desaparición de los teléfonos celulares de la víctima y de la bailarina habrían alertado a la policía. Según Velarde Ylasaca, cuando discutió con el fallecido, este le quitó su teléfono y lo destruyó. Sin embargo, no se hallaron restos de los celulares. El Comercio