Fin al misterio. La muerte de la princesa
Diana de Gales, que ocurrió el 31 de agosto de 1997 en el Puente del Alma en París, sigue siendo investigada. Ahora una nueva teoría sobre el fallecimiento de
Lady Ditoma peso.
A casi 22 años del choque fatal que cobró la vida de Dodi Al Fayed, pareja de
Diana de Gales, y Henri Paul, el conductor del vehículo en el que iban; el forense
Richard Shepherd se animó a escribir un libro para descubrir la verdad del accidente, luego que el jefe de la policía de Londres (
Reino Unido) Sir John Stevens le pidiera en 2004 investigar si las tres muertes que dejó el hecho correspondían realmente al accidente.
Según el diario El país, en el libro titulado "Causas no naturales" que saldrá a la venta este jueves 18 de abril, el médico sostiene que la mamá de los príncipes
Harry y
Guillermo tuvo muy mala suerte durante el impacto.
Si bien en el texto se corrobora que Dodi Al Fayed y Henri Paulmurieron instantáneamente tras el impacto, el forense asegura que todo "fue un trágico accidente" y que Diana puso haberse salvado.
Shepherd señala que fue una hemorragia producida en una pequeña vena de uno de los pulmones de la princesa lo que acabó con su vida. "Esa herida suponía un pequeño rasguño en una vena de uno de sus pulmones, era muy rara. Tanto que no creo que haya visto otra igual en toda mi carrera. Era muy pequeña, pero estaba en el peor sitio", explicó el médico al diario Daily Mirror.
"Diana empezó a perder gradualmente la consciencia (en la ambulancia camino al centro asistencial). Cuando sufrió un paro cardíaco, se hicieron todos los esfuerzos posibles para reanimarla y en el hospital pasó a cirugía, donde identificaron el problema y trataron de reparar la vena. Pero desgraciadamente fue demasiado tarde", explicó el especialista.
Según Richard Shepherd, si
Lady Di hubiera llevado puesto el cinturón de seguridad, "probablemente habría aparecido en público dos días después, con un ojo morado, quizá con algún problema respiratorio por las costillas rotas y con un brazo en cabestrillo".
"La muerte de Diana es un ejemplo clásico de lo que solemos decir casi después de cada muerte: 'si sólo…'. Si sólo hubiera impactado contra el asiento de enfrente en un ángulo ligeramente diferente… Si sólo hubieran ido 15 kilómetros más despacio… Si la hubieran metido directamente en la ambulancia… Pero el mayor de estos peros dependía de la propia Diana: si simplemente se hubiera puesto el cinturón de seguridad… Habría estado sujeta. Seguramente habría aparecido un par de días después en público con un ojo amoratado, con dificultades para respirar de alguna costilla fracturada o con un brazo en cabestrillo", remató el médico.