Ana Luisa Cabrera Villarreal, su verdadero nombre, nació un 21 de junio de 1959 en Lima. Era la hija mayor de una familia numerosa de 14 hermanos y desde muy joven supo que tenía que trabajar para ayudar en la economía del hogar formado por Luis y Norma.
Fue en el grupo Histrión en el que, al lado de Adolfo Chuiman, hizo sus pininos en la actuación, aunque sus primeros sueldos los recibió como bailarina de café teatro.
En esos lugares de entretenimiento fue ‘descubierta’ por Efraín Aguilar para trabajar en uno de los programas más exitosos de la televisión peruana: Risas y Salsa.
“Con el desaparecido guionista Aldo Vega nos rompíamos la cabeza buscando a ‘Chelita’, la secretaria bella para el sketch de ‘El jefecito’ y, cuando la vimos, dijimos al unísono: ¡Ella es”, recordó Aguilar sobre la secuencia que fue protagonizada por Antonio Salim como el ‘Jefecito’ Federico Lanzarote y Rodolfo Carrión como ‘Felpudini’.
Entonces, su personaje de pícara secretaria se convirtió en un boom y era un ritual que las familias peruanas se instalaran frente a su televisor para mirar el siempre frustrado acoso del ‘Jefecito’ que, al verla, exclamaba siempre, tocándose el corazón: “¡Quieto, loco, quieto!”.
En 1982, Cabrera se casó con Rodolfo Carrión y protagonizó una de las más grandes controversias en el mundo del espectáculo debido a que el actor no era el típico galán.
En Risas y Salsa, Analí tuvo escenas con Adolfo Chuiman, Elmer Alfaro, Fernando Farrés, Bettina Oneto, el “Gordo” Casaretto, entre otros.
Luego se iría a trabajar a Las mil y una de Carlos Álvarez en una secuencia de entrevistas de corte picante. En esos años, anunció su divorcio de ‘Felpudini’ y luego inició un largo romance con el productor televisivo Luis Carrizales Stoll.
A fines de los ochenta, se reinventa y lleva a la televisión un programa de aeróbicos, en el que –enfundada en llamativas lycras y los entonces muy de moda ‘calentadores’– se convirtió en el ejemplo que muchas mujeres siguieron para cultivar su silueta.
Con sus aeróbicos, Cabrera tuvo secuencias en los programas Buenos días, Perú de Panamericana Televisión y Para todos, de Canal A. Luego la veríamos como invitada en diversos espacios, además de participar en campañas promoviendo el deporte y una vida saludable.
Fue en setiembre del 2008 que el país se conmocionó cuando reveló que padecía cáncer de mama, pero también fue testigo de su esforzada lucha contra la enfermedad y de sus campañas de prevención.
Analí ha sido, por varias décadas, un símbolo de sensualidad y picardía para todos los peruanos. Sin embargo, nunca protagonizó escándalos ni expuso su vida privada más allá de lo que exigía el cariño de sus seguidores