El partido fue muy peleado en el comienzo, los locales salieron en busca del gol que les diera el título luego del empate conseguido en Huánuco, pero se encontraron con un equipo crema muy bien parado en el campo, que también buscaba el triunfo.
Sin embargo un buen cabezazo de Pedro García, a quien el “Maño” lo tuvo siempre de suplente, venció a Juan Flores quien vio como la pelota iba por encima de él y no pudo hacer nada para evitar el gol.
El gol cambió el libreto de juego, el León fue en busca del empate pero cuidando su arco, para evitar un segundo gol, pero a los 26 minutos una falta muy cerca del área, fue cobrado por Pablo Vitti quien de soberbio tiro libre puso el 2-0 para los de Santa Anita.
Sólo pasaron dos minutos para que Víctor Hugo Rivera cobrara un penal a favor de los dirigidos por Franco Navarro; el colombiano Perea se paró frente al balón y definió muy bien contra Farro, que no pudo evitar el gol, el partido se ponía 2-1 y quedaban más de una hora de juego.
Y el partido no bajó su intensidad, llegadas de gol para ambos arcos, sobre todo al de León que hicieron destacar a Juan Flores al salvar varias jugadas con destino de red, Perea intentó, pero la ausencia de Rodas, quien no fue tomado en cuenta por Navarro en un gran gesto como persona, hizo que no tuviera el socio ideal, aquel que le pusiera la pelota precisa para definirla.
Poco a poco fue pasado el partido y la San Martín se dio cuenta que el título estaba en sus manos si mantenía el balón en su poder y sin desesperarse, y a pesar que hubo un conato de bronca fue rápidamente calmado por los mismos jugadores.
Así llego el final del partido, Rivera pitó y la celebración santa empezó, ante un estadio lleno por hinchas que fueron a ver un buen partido de fútbol, y como no ocurrió las veces anteriories, la San Martín pudo dar la vuelta ante su público que prácticamente abarrotó el monumental.
De esta manera el equipo universitario puso fin a una campaña espléndida de principio a fin, demostrando que es, hoy por hoy, el mejor equipo peruano, tanto en juego como en dirigencia, dando resultados palpables de cómo un trabajo serio da estos frutos. La Universidad San Martín fue un justo campeón.