Es que la cinta de culto friki, sobre videojuegos, entusiasma a grandes, chicos y a gente no especialmente aficionada a smartphones, iPads y videoconsolas.
Es por ello que la productora Disney ha emprendido una campaña de marketing sin precedentes, que se inició hace tres años, sin olvidar el alud de merchandising. Es que si Tron Legacy promete un nuevo nivel de efectos especiales, el avance en marketing ya lo ha logrado.
Disney se lo toma tan en serio y razones no le faltan, pues se trata de una superproducción con efectos especiales en 3D que puede alcanzar unos mareantes 350 millones de dólares, sumados desarrollo, producción y marketing.
Hay que recordar que la película original, Tron (1982), dirigida por Steven Lisberger, narraba la historia de un informático absorbido en el mundo virtual de un videojuego. La inversión fue enorme pero la taquilla no respondió. Y Disney no quiere que suceda de nuevo.
Por eso, la estrategia de Tron Legacy se ha desarrollado milimétricamente. Primero se incitó a la comunidad friki, desde su meca mundial: el Comic. Luego se lanzó el primer tráiler en la edición de julio de 2008, mientras se añadían videos, un juego online y se alimentaba a los blogs.
En la de julio de 2009 se montó una exposición, una gincana vía twitter en el centro de la ciudad y se proyectó el segundo tráiler, lanzado en marzo. En la pasada edición se estrenó el tercer tráiler, la exposición era mayor (con decorados de la película y 7.000 visitas en tres días) y se vio un avance del merchandising (muñecos, accesorios de iPod, zapatillas Adidas y ropa inspiradas en Tron).
Ganado el sector incondicional, es el turno de la caza mayor: “la gente que marca la diferencia entre un éxito y un taquillazo”, escribía Brooks Barnes, en el New York Times. Es decir, el preciado sector del público integrado por madres, niños y los reticentes a las nuevas tecnologías. Para ello es necesario retirar de Tron ese aura de entretenimiento exclusivo para aficionados a los videojuegos.
“Queremos abrirlo; el mensaje es que es una película que alucinará a todo el mundo, contemporáneo y relevante”, señaló al diario estadounidense Sean Bailey, presidente de producción de Disney.
En suma, no solo una historia muy centrada entre un padre y un hijo, sino con muchos millones por detrás y por delante.